Todo así, todo agarrado en el aire, pendiendo de un hilo.Hay que ser un mago para darse cuenta, para encontrar donde están las cosas.Me cansé.Quisiera ahorrarme las palabras pero si no te lo digo ahora me vuelvo loco. Ahora que estamos lejos y tomo distancia me doy cuenta de todo, de que nada era como yo creía, que viví como en un sueño, en una burbuja y claro la burbuja se rompe, se pincha. Flota un rato, alegre, brillante, sube, busca el cielo, se mezcla con otras, porque evidentemente no soy al único que le pasa, juega, se expande, se expande y claro: Revienta.Y acá estoy, pedacitos de esa burbuja. Acá estoy mojado y tembloroso como un cachorro recién bañado.¡La pucha!, de haber sido yo el mago no hubiera caído en ese estado. Y encima la gente, mis amigos que me decían: ¡Que bien se te ve! ¡Como se nota que estas enamorado! ¡Cobardes! eso son. Ninguno se animó a decirme que todo era un engaño y que solo fui un trampolín que usaste para agarrar otra y otra y otras burbujas que como yo flotan pendiendo de un hilo. Agarradítas de broches.
Pero ya pasó y ahora que me doy cuenta y de onda te lo digo y en tal caso podríamos conversarlo. Además de la ropa de la soga que era mía y te llevaste. ¿Podrías devolverme la tele, la radio, el walkman, las toallas y todas las cosas que se pueden devolver? Ya que las otras que te dí, te las dejo, ya están usadas y gastadas. No las quiero más.
Noviembre 2003
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