domingo, 12 de noviembre de 2006

Secreto ®




Entrar en el cuerpo es una forma de dominación fascinante.
Posesión sensible, por los sentidos, y es una de las formas de llegar al alma.
Buscar el secreto entrando, poseyendo, dominando. Rastrear la sensación que se produce, que se genera en el otro y a la vez encontrar mi propia sensación.
Traté de encontrar tu secreto, creí que estaba bien adentro guardado.
Como una sonda entré y examiné una a una tus sensaciones. Y, como en un panel electrónico fui encendiendo de una en una las celdas de tu sentir.
Al principio se encendieron muchas que por momentos parpadeaban, algunas aumentaban su brillo como si fueran a incendiarse.
Tuve la certeza que si lograba encender todas tus celdas, ganaría El Premio como en un juego de kermés.
Bastó que solo dos de todas las encendidas parpadearan para sentirme fracasado en la búsqueda y fracasado en el acierto.
Repetimos una y otra vez las secuencias y siempre todas, menos las dos que parpadeaban, permanecían encendidas como la primera vez.
A tu decir nunca habías vivido sensación similar, decías haber llegado a lo máximo y esto creo, se traducía en tu mirada como de veneración mientras yo te buscaba.
-¿Dónde estás? -Acá ¿qué pasa? -No sé, no te encuentro.
Mi panel estaba encendido opuestamente al tuyo, resistí esperando ansioso que seas vos quien descubriera mi secreto.
-Busco a alguien que encuentre, no que busque, dijiste.
Vos, entonces, te apagaste por completo y reaccioné. Mis dos celdas encendidas, eran las tuyas parpadeantes, las tomaste y te las llevaste para siempre.


Abril 1999 ®

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